Su nombre científico es Selaginella lepidophylla, parece una planta pero en realidad es un helecho. Se encuentran en mayor abundancia y son típicas del norte de África y medio oriente, pero también hoy día hay en prados de Estados Unidos, zonas del norte de España, Francia y Bélgica. Sobre todo en zonas desérticas y su característica principal es que puede secarse y parecer estar muerta, pero en cuanto consigue agua vuelve de nuevo a vivir. Se le conoce popularmente como planta de la resurrección. Los árabes la llaman rosa de ariha.
No se sabe por qué recibe el nombre de Rosa de Jericó – Jericho ya que no es originaria de esa ciudad palestina pero seguramente alguien la llevo allí en la Edad Media. Jericó fue un lugar comercial muy importante. En aquel entonces se vendían muchas hierbas aromáticas y medicinales, se empezó a utilizar la rosa de Jericó para bendecir casas y atraer fortuna.
Es asombrosa la capacidad de “revivir” de esta planta. La explicación a este hecho es bastante complicada de entender para el resto de mortales que no somos especialistas en la materia, pero a groso modo parece ser que contiene trehalosa que está formada por dos moléculas de glucosa y esto le ofrece al organismo azúcar de reserva y protección ante el estrés. También existen otros animales y plantas (como algas marinas y hongos) que se benefician de ella.
Se puede encontrar de dos formas: hecha una bola cerrada entera en si misma cuando el ambiente es bastante desfavorable y seco; y desplegada de un color verde cuando tiene la humedad necesaria.
Ésta es una foto de una Rosa de Jericó cerrada.
A lo largo de miles de años ha sido utilizada en diferentes culturas a través del globo por chamanes, brujos y alquimistas precisamente por la creencia de sus propiedades mágicas. Todas estas culturas le daban un uso parecido: para bendecir hogares, proteger familias, atraer suerte, dinero y fortuna. También la usaban para predecir el tiempo ya que es muy sensible a los cambios de humedad, así que si se abría con rapidez sabían que la lluvia era inminente, y si el tiempo era seco las rosas de Jericó permanecían cerradas completamente.
Sabemos de su uso en estas culturas a través de historias y leyendas (en la Biblia se hace referencia) y porque se han ido encontrando rosas de Jericó por ejemplo en culturas precolombinas en las tumbas de jefes y sacerdotes.
En vudú se usa para atraer dinero y amor. Y en general hoy día se utiliza para proteger, conseguir prosperidad y éxito, además de para absorber malas energías que nos rodean.
Estamos hablando por tanto de un talismán natural que hará que experimentes mejoras en tu vida en general, en el trabajo, negocios, amor, atraerás la suerte y además se le atribuyen propiedades terapéuticas. Se alimenta de energías del lugar donde la coloques, absorbe las negativas y las convierte en positivas. En Bélgica puedes verlas en jarras y platos de las casas y comercios.
Para mantener una Rosa de Jericó lo primero que debes hacer es colocarla en un plato hondo o cuenco de madera, cristal, barro… que sea un material natural. El agua es muy importante porque en ella va a vivir; ya sabes que el agua del grifo no es la mejor así que hazte con agua mineral, de pozo o manantial. Si el agua se pone turbia quiere decir que está realizando bien su trabajo de purificación, deja la planta siempre dentro del recipiente. Hay muchas creencias en cambiarle el agua siempre a la misma hora y el mismo día de la semana. Te recomiendo que si tiene el agua sucia se la cambies, es decir que la tires, ya que esa agua contiene las energías negativas que ha recogido, y le eches una nueva. Ponla en un lugar donde le de la luz del sol.
Existen muchos rituales para conseguir la magia que la planta puede darte. Cuando es nueva en tu casa debes dar la bienvenida al espíritu (o magia) que lleva consigo, así que enciende unas velas y un poquito de incienso y crea un ambiente relajado, si también te gusta poner música hazlo y concéntrate en pensamientos positivos. Cuando estés seguro de haber encontrado ese estado de paz pon las manos sobre el recipiente con las palmas hacia abajo y di: “Por mi bien y el de todos los que me rodean, bendice esta agua y conviértela en el vehículo de protección y amor”.
Ya sólo te queda que cuides la rosa de Jericó. Ya verás como la suerte y la felicidad estarán de tu parte.
La puedes encontrar en éste link.